España, uno de los países más soleados y cálidos de Europa, es conocida por sus deliciosas naranjas. Pero, ¿cómo se originaron aquí?
Los cítricos vienen de Oriente y fue en las montañas del norte de la India, en las estribaciones del Himalaya, donde empezaron a crecer y a mezclarse variedades. En la antigua China ya se conocían los secretos del injerto y la posibilidad de tener ramas de distintas variedades en un mismo árbol.
En 1781, un párroco español, Vicente Monceau Vidal, regresó de sus viajes por Asia a la localidad española de Carcaixent, a 40 kilómetros al sur de Valencia, a orillas del río Júcar. Allí plantó un naranjal entero, y fue todo un éxito. Antes, esta tierra era casi inapreciable por su suelo árido. Sin embargo, este primer cultivo experimental tuvo tanto éxito que pronto se extendió a los pueblos vecinos de la región.
Anteriormente, los naranjos en España eran árboles ornamentales, la mayoría de los cuales tenían frutos amargos, cuyo fruto se utilizaba para extraer sus esencias, aromatizar dulces y platos utilizando la cáscara o con fines medicinales.
La naranja dulce, de gran valor comercial y valioso sabor, surgió en la Ribera Alta y se extendió por todo el mundo a partir del siglo XIX. En la actualidad, las provincias de Valencia, Sevilla y Huelva son las mayores productoras de cítricos de España, mientras que Murcia, Alicante y Málaga lideran la producción de limón.
Precisamente en Carcaixent se encuentra la “Catedral de la Naranja”. Este lugar era esencialmente un gran almacén para envasar y clasificar naranjas. Hoy, este almacén es el lugar simbólico de las naranjas de Valencia y pertenece al ayuntamiento del municipio, donde se celebran todo tipo de eventos.