El 6 de diciembre de cada año se celebra en España el Día de la Constitución. ¿Por qué se eligió esta fecha para honrar el principal cuerpo de leyes del país o, como suele llamarse en España, la Carta Magna?
España, en comparación con otros países europeos, adoptó la Constitución y emprendió el camino del desarrollo de los valores democráticos hace relativamente poco, en 1978. El país, donde la dictadura reinó durante casi 40 años (1936-1975), inició tras la muerte de Francisco Franco el proceso de transición a una monarquía parlamentaria, forma de gobierno que existe en España hasta hoy. Parte integrante de este proceso fue la redacción y aprobación de una Constitución.
El 6 de diciembre de 1978 se celebró un referéndum general en el país, como resultado del cual la mayoría de la población (el 88% del electorado) votó a favor de la nueva Constitución nacional, la legislación fundamental para un Estado social, democrático y de derecho, en el que España se convirtió y sigue siendo hoy.
Sin embargo, la festividad propiamente dicha -el Día de la Constitución- no apareció en el calendario hasta 1983, tras la promulgación del Real Decreto 2964/1983, de 30 de noviembre de ese año.
El Día de la Constitución es día no laborable en todo el país. Y como el 8 de diciembre se celebra otra festividad no menos importante para los españoles, pero esta vez religiosa, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, las autoridades suelen declarar el 7 de diciembre “puente” (es decir, también día no laborable). Este año, los tres días festivos van seguidos de un fin de semana, lo que significa que los trabajadores y estudiantes españoles tendrán cinco días de vacaciones a principios de diciembre.